Kontu-Kontari con... Inés Vicente

20.06.2022

Día Internacional del Refugiado 2022

El 20 de junio se celebra desde 2001 el día de los refugiados por decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en honor al aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Gracias a esta convención millones de personas son acompañadas en su odisea a la seguridad.

Hoy nos acompaña Inés Vicente Barbero para hablarnos sobre esta realidad que, si bien está muy visibilizada, sigue llena de estereotipos y tabúes.


Inés Vicente Barbero, Educadora Social


Inés es Educadora Social y trabaja en la Asociación Loiolaetxea aunque, los tres últimos años, ha estado trabajando en la ONGD Alboan. 

En Alboan hizo un trabajo de sensibilización sobre la migración con escuelas, alumnos, profesorado... y en enero empezó a trabajar en Loiolaetxea en un proyecto llamado Patrocinio Comunitario relacionado con personas refugiadas llegadas de Siria hace mes y medio.


1- ¿Cómo definirías lo que es ser un refugiado?

Una persona refugiada, cuando tiene ese estatus, es porque necesita una protección internacional, porque en su país no puede estar. Puede ser porque haya un conflicto bélico, porque esa persona sea perseguida por temas políticos, orientación sexual... y que su vida corra peligro. Es una condición legal que te da derecho a ciertos derechos. La realidad es que también hay personas que por la convención no se les puede otorgar ese estatus, pero su vida está muchas veces en el mismo peligro o parecido, o que la vida en su país se hace insostenible por temas como desastres de cambio climático... y eso hace que la gente se quede sin hogar ni medio de vida y tengan que dejar su país. A veces se mueven dentro de su mismo país, ahí hablamos de desplazamientos internos pero, normalmente, una persona refugiada lo es cuando cruza la frontera de un estado para entrar en otro. Se les otorga el estatus de refugiado pero la realidad va más allá. Siempre supera lo que nosotros vamos poniendo en marcos legales.

2- ¿Cómo terminaste trabajando aquí? ¿Cuál es tu labor?

Yo creo que he acabado aquí por muchas razones. En su día yo hice unos estudios que no tenían nada que ver con esto, de traducción. Acabé y dije "creo que esto no es lo mío". Estudié educación social y desde entonces mi vida laboral ha sido dentro de lo social. He estado trabajando en otros ámbitos. Pero sí que hubo una experiencia que me marcó bastante; durante una pascua que fui a celebrar en Melilla y conocer la realidad de la frontera sur. Luego hice un voluntariado de un año en Camboya y estando más en contacto con las diferentes realidades de migración que hay por el mundo, algunas privilegiadas y otras para nada privilegiadas. Yo creo que esas experiencias me han traído hasta donde estoy ahora.

Se me ofreció la oportunidad de participar en este proyecto voluntario y la verdad que ni me lo pensé dos veces. Ahora lo que hago es el acompañamiento a dos familias sirias que han llegado a Gipuzkoa hace mes y medio. Pero no solo el acompañamiento a estas familias. El mayor propósito de este proyecto es potenciar la comunicación intercultural en la comunidad. Una de las familias está en Tolosa y la otra en Donostia. Contactar con gente que se quiere involucrar en la convivencia con estas familias, en aprender las unas de las otras. Al final, se trata mucho de mirar hacía uno mismo y reconocer qué actitudes de nosotros mismos favorecen esta convivencia y cuáles no. Se trata un poco de dinamizar lo comunitario.

3- Estás acompañando a esas familias en su proceso de migración, a asentarse, adaptarse... ¿Qué es o cómo explicarías el proceso?

En este caso son familias que han sido reasentadas. Utilizamos el término técnico porque son familias que tuvieron que huir de su país, en este caso Siria por la guerra. Huyeron a un país que hacía frontera, en este caso el Líbano. La mayoría de personas que huyen de su país lo suelen hacer a Turquía, el Líbano o Jordania. Pero en el Líbano las condiciones de vida son tan precarias que desde Acnur se valora que deben ser llevadas a un tercer país. Los estados de terceros países dicen cuántas personas pueden acoger y en este caso el estado español recoloca a las personas. No entran al circuito común de reasentamiento sino al proyecto de patrocinio comunitario. Se busca que la comunidad se involucre con estas familias. La palabra patrocinio viene del inglés, sponsorship, y es porque al final la comunidad apoya, a veces económica o materialmente, pero sobre otro a la hora de convivir. Ahora, esas familias acaban de llegar y estamos gestionando el papeleo para que tengan acceso a sanidad, educación, trabajo... y, bueno, poco a poco conocernos. Ahora nos quedan dos años para seguir con el proceso.

4- Teniendo en cuenta lo visible y polémico que puede llegar a ser el tema, más aún con la realidad de hoy en día, ¿Cómo vivís tanto vosotros como las familias esta realidad?

Aquí se me hace muy difícil generalizar. Conociendo diferentes realidades migratorias con las diferentes personas con las que estamos en contacto, vemos que hay diferencias. No es lo mismo si llegas con el asilo concedido al país, que es como han llegado estas familias, o llegar sin ningún tipo de papel que acredite que tienes permiso para residir y trabajar aquí. Entonces la realidad es otra y el proceso es mucho más largo y costoso. Ahora, con la realidad de Ucrania por ejemplo, se ha facilitado mucho que las personas ucranianas puedan acceder a una vivienda y asilo. El sistema pone muchas trabas también.

Se vive con impotencia, con frustración, pero luego se vive también con agradecimiento y alegría cuando se viven pasos en los diferentes procesos. Y luego cada familia llega diferente, porque llegan con el mismo papel pero su realidad en el país, cómo han experimentado la guerra, la pobreza, los motivos para huir... cada historia es única. Por eso invitó a la gente a conocer y escuchar, para así dejar de generalizar.

5- ¿Qué tipo de respuesta social soléis ver?

Con este proyecto en concreto muy buena. Desde apoyo económico hasta voluntarios. Pero luego es un reto mantener esto en el tiempo. La gente cuando se compromete a hacer algo así (este voluntariado es mucho estar, ser, sentir, estar con personas de realidades muy diferentes...) puede llegar a alejarse con el tiempo, o pasar a compartir el tiempo de otra manera. Hay que tener ganas de hacerlo, porque a veces tenemos unas expectativas, pero este voluntariado se basa en convivir, compartir tiempo y vida.

6- ¿Afecta el tipo de refugiado? ¿Existen tipos o es lo arraigado que está el racismo?

Por una parte, tiene una implicación legal el reconocimiento de asilo. Es verdad que ahora de las solicitudes de asilo (cuando se llega sin que se lo hayan concedido previamente como sucede en los programas de reasentamiento y lo piden una vez estando aquí) se aceptan muy pocas (un 10% en 2021).

Si no te conceden el asilo, pasas a situación irregular. Yo creo que por una parte mucha parte de la ciudadanía no sabe sobre estos matices; que realidad implica tener o no tener unos papeles, ni los procesos que se dan. Pero a veces, cuando la gente va conociendo estos matices, como sociedad tratamos diferente a las personas que tienen un reconocimiento u otro.

A mi parecer, cualquier persona que abandona su país, en las situaciones que nos estamos encontrando, ya sea por precariedad o cualquier otra razón, no lo hace por gusto, sino porque en su país la vida es insostenible. El tema es que no tienen las facilidades de poder decidir que podemos tener otros por el país del que venimos y el pasaporte que tenemos. Por ejemplo, si yo ahora mismo decido migrar a Marruecos, voy a tener muchas más facilidades que si una persona marroquí decide migrar aquí. Independientemente de las razones, ya tenemos condiciones diferentes de partida. Entonces, yo personalmente veo esto como una injusticia. Y por eso no veo diferencia si alguien tiene reconocimiento de asilo o no, sino es ir más a la base de que debemos tener la posibilidad de movernos por el mundo con más libertad. Creo que es el artículo 13 de derechos humanos, que debamos tener libertad de elegir en qué país queremos vivir. Pero no es la realidad de mucha gente, es más, millones de personas se ven forzadas a irse de su país de procedencia y no tienen la protección en el país al que llegan.

7- Siendo nosotros descendientes de refugiados, ¿por qué crees que somos tan poco solidarios?

Por una parte, sí que es verdad que hay falta de solidaridad. También me gustaría destacar que hay mucha gente (por aquello de mantener la esperanza viva) queriendo ayudar y luchando por un mundo más justo. Pero es verdad que, yo creo que desde el miedo, desde no entender la realidad, desde "si no lo he vivido en primera persona no me afecta igual" ... nos asentamos en nuestra realidad. Aquí podemos tener una vida cómoda si más o menos tenemos un trabajo estable o si nuestra familia lo tiene, y el replantearnos esos privilegios y aceptar que hemos sido educados/as en una sociedad con bases racistas, por ejemplo y, que sin querer hemos incorporado a veces actitudes y creencias, incomoda. El mirarse hacia dentro no siempre es fácil, por ello, creo que se mezclan muchas cosas. Por mi experiencia, cuando la gente empieza a informarse un poco, empieza con ganas de conocer a la otra persona, se van moviendo muchas cosas y la magia surge. Yo creo que es cuestión de seguir haciendo. El proyecto de patrocinio va mucho de eso; yo, como vecina del barrio, entro en contacto con esta familia que acaba de llegar de otra realidad y de otra cultura, me relaciono con ella, esa experiencia mía propia se la comento a mis amistades y familia, van conociendo esa posibilidad de primera mano... y es la forma en la que poco a poco vamos tejiendo y creando otro tipo de sociedad en la que queremos vivir.

8- Si pudieses subrayar las palabras o emociones que comparten contigo más veces, ¿Cuáles serían?

En estos procesos hay muchísimas emociones y, como en todo proceso, yo creo que está bien aceptar que vamos a pasar por muchas emociones y reconocer que en este momento, por ejemplo, estoy sintiendo miedo, pero que no es un miedo que voy a sentir siempre sino que es parte del proceso y ese miedo va a evolucionar en una emoción más agradable, seguramente eso también tranquiliza. Por lo tanto, yo creo que en estos procesos de convivencia intercultural hay muchas actrices y actores, pero cada uno y cada una pasamos por nuestras emociones. Pienso que el miedo está presente; el miedo a lo desconocido y a la otra persona, que a veces nos hace cerrarnos en nosotras mismas y no querer conocer, no querer entender y hablar mal de la otra persona. También está la frustración de llegar a un sitio nuevo y no entender el idioma, no poder comunicarte... por las dos partes. Querer compartir algo y no saber cómo hacerlo. Hay elementos de tristeza; es duro dejar tu país y no poder volver (si eres una persona refugiada de Siria no puedes volver porque pierdes tu estatus de refugiada, dejas de tener protección internacional y ya no la podrías recuperar). Tener a la familia lejos; personas que están migradas sin residencia y que si abandonan el país tendrían que volver a pasar por toda la odisea que han tenido que pasar para llegar aquí... esas tampoco pueden ir a visitar a su familia.

A su vez, está el agradecimiento. En este mes y medio que llevamos de programa he visto mucho agradecimiento en mucha gente involucrada en este proyecto; en las familias, en la gente voluntaria, en el equipo de Loiolaetxea... y al final, el agradecimiento es una emoción que te invita a celebrar y a tener esperanza. He visto alegría en momentos que hemos estado descubriendo la ciudad, el pueblo, conectándonos con personas, celebrando o compartiendo una comida...

9- Al llegar aquí, ¿Cuál dirías que es su primera necesidad de adaptación? ¿Y su principal obstáculo?

Para cuando llegaran las familias nosotros queríamos tener una vivienda ya adecuada, con todo lo que podían necesitar. Por ejemplo, algo importante que igual nos puede parecer superficial y no lo valoraríamos nosotros como una necesidad tan básica, es la de que en casa cuando lleguen tengan internet y una conexión wifi. 

Es bastante vital porque es la manera que van a tener para comunicarse con su familia y decir "estamos aquí". Por ello, es una necesidad emocional el poder tener esa conexión. También es importante que puedan aprender a comprar la comida aquí, para que puedan ser cada vez más autónomas y poder empezar a hacer su vida. Y luego hay varios pasos a dar de papeleos para que tengan acceso a la sanidad, para que tengan acceso a la educación y en ello hemos estado este tiempo.

El principal obstáculo yo diría que es la lengua; el poder comunicarnos. Llegaban sin saber nada de castellano ni euskera, e inglés muy poco. Pero, hemos tenido la suerte de tener a una persona contratada que es traductora. Y, al fin y al cabo, esto está relacionado con todo; vas al médico y tienes que entender no solo lo que te está diciendo, sino que cómo funciona el sistema y, para ello, necesitas entenderlo en tu idioma. Lo mismo con los pequeños detalles del día a día, con los que te vas dando cuenta de que son muchos. Por ello, tener a alguien que les ayude con todo esto facilita mucho.

10- ¿Cómo es la realidad de los niños?

Cuando llegan, las familias tienen muchas ganas de que los niños empiecen a ir a la escuela, y los niños también tienen muchas ganas de ir a la escuela. Las realidades que yo conozco están muy motivadas por ir a la escuela cada día. Porque para ellas y ellos es un espacio de relación entre iguales, de conocer gente nueva, de jugar con el balón, de jugar con juguetes, de pasarlo bien y de ir aprendiendo. Ahora, en el mes y pico que llevamos con algunos de los niños, ya son capaces de intercambiar pequeñas conversaciones y de entendernos, no frases completas, pero si preguntas como "¿qué tal ha ido el día?", "¿has comido bien?" o "¿en clase estás a gusto?". La realidad es que desde las escuelas se han involucrado muchísimo; nos han preguntado por necesidades, tenemos comunicación constante de que tal van sus primeros días y desde las escuelas se está haciendo un esfuerzo muy grande para que puedan adquirir la lengua y que sobre todo encuentren espacios donde relacionarse con amigas y amigos de su edad, y sean espacios cuidados donde estén bien tratados y bien tratadas.

11- Para terminar, ¿Qué te gustaría transmitir a las personas que lean esta entrevista? ¿Quieres añadir algo?

Lo que añadiría es que la gente que pueda estar leyendo la entrevista que se animen, si no lo han hecho ya, a conocer a gente que ha pasado o que está pasando por procesos migratorios, o que está llegando a nuestra ciudad y a nuestros barrios, y que lo que quieren es formar parte de esa comunidad.

Que se animen a formar comunidad con ellas y que no tengan miedo de mirarse hacia dentro y en ir creciendo; que al final es ir creciendo en capacidades para vivir en una sociedad intercultural que aporta mucha riqueza. Y yo creo que tanto en OnDoaN y en Loiolaetxea o en otras entidades, se puede encontrar ese espacio a través de experiencias, no solo de patrocinio, sino también de proyectos que tenemos con personas migrantes y desde los cuales queremos apoyar esta convivencia.

Tan solo tenemos palabras de agradecimiento hacia ti, Inés. Gracias por ampliarnos la mirada hacia esta realidad que viven cada día las personas migrantes y compartirnos desde tu experiencia con tanta sensibilidad esta dura realidad. Tus palabras nos ayudan a acercar nuestros corazones a los corazones y al dolor de estas personas, y también a todas las personas que forman esta red de apoyo. Muchas gracias, Inés.


Entrevista realizada por:

Maddi Arana Arzak

Usue Odriozola Nava