Crónica - Ratos Rutas Retos
Salida a Herniozabal (1.011 m), cumbre destacada del macizo de Hernio
Ha sido un día magnífico. Para valientes. Hemos sentido el azote del viento y de la lluvia en la cara, el lodo en nuestros pies, superando cualquier expectativa. Y hemos echado de menos a los que no pudisteis venir, claro.
Hemos partido de Herrera, Donostia y Andoain. Y, aunque el tiempo nos ha hecho tener dudas de cómo iría la aventura de hoy, hemos decidido ponernos en marcha hacia Tolosa, que es donde comenzaba la ruta.
La diversidad del otoño es maravillosa: caminos alfombrados con hojas recién caídas de los árboles, Fanny explorando el bosque y encontrando setas hermosas, animales que engalanan las vistas...
Las risas con cada detalle nos
han hecho disfrutar mucho más, recordando un poco nuestra niñez con historias
que nos contaron nuestros padres cuando éramos pequeñas, y cambiando un poquito
los personajes.
Llegar a la cima nos ha costado un poco, pero ha valido la pena. Lástima no haber podido disfrutar de las vistas; Xabi dice que son hermosas, pero no se han dejado ver desde lo alto.
Hemos probado las galletas de Inés. Riquísimas. Gracias, Inés, por compartirlas con nosotros.
A pesar de la niebla, hemos podido compartir con unos animalitos muy graciosos (cabras y yeguas), hemos puesto la cruz (que yacía en el suelo) en su sitio, y encontrado a Denis, que por un momento ha desaparecido entre la neblina con la intención de darnos un susto.
Llegado el momento de volver, la
lluvia ha sido la protagonista de esta parte de la ruta. Otra forma de
contemplar la naturaleza. En algunos momentos, nos hemos detenido a mirar a
nuestro alrededor para darnos cuenta de que todo tiene un proceso, que no
apreciaremos si nos limitamos a una única estación.
No hemos regresado por el camino de subida, sino que hemos conocido otro diferente que nos ha llevado hasta Anoeta. Cuando hemos llegado, hemos comentado que a lo mejor tendríamos problemas para que nos dejaran subir al tren, tal era la cantidad de barro que llevábamos. Porque nos hemos caído varias veces, pero nos hemos levantado siempre.
No hemos encontrado fuentes en el camino, pero sí una ricas manzanas, que nos han dado fuerza para continuar.
Hemos conseguido terminar la ruta, pasando un muy buen rato y, superado este reto. Llegarán más y estaremos preparadas.
Gracias a todos por hacer de este día una gran experiencia. ¡Volveremos!
Claudia Ferrera