"Demonios"

El miedo es necesario para protegerse de los demonios y, sin embargo, es un terrible compañero. Puedes atravesar continentes, cruzar océanos, dejar atrás tu vida entera y, aun así, seguirá siendo tu fiel compañero y tus demonios tan solo cambiarán de piel.

Nunca había querido tanto a nadie como a este trocito de mí, lo abrigo, lo acuno, lo beso, todo para conseguir que recuerde que su madre le quiso pese a los demonios. Hoy nuestro refugio será un cajero, mañana veremos, mientras estemos juntas seré fuerte, no dejaré que nada le pase. Mis brazos y mis pechos serán hoy su cuna y, si vuelven los demonios, barreras que lo protejan para que no la alcancen, no a ella, no a mi ángel.

Cuando me miro en el espejo veo a una extraña. Si miro atrás recuerdo amor, mucho amor y miedo, siempre miedo. Entre los brazos de mi madre mientras el mundo se partía. Los golpes, el ruido, el dolor, todo eso se lo quedaba ella, a mí solo me llegaba su eco. Ahora tengo menos miedos y menos demonios, no me reconozco detrás de mi sonrisa, de mi calma, pero me gusta. Ahora tengo un hogar y más brazos protectores, ahora puedo estar sola sabiendo que no volveré a estarlo nunca.

Mi niña está feliz, y yo por ella, ahora lucho sola y el nudo de mi estómago ha desaparecido, ahora sé que está bien, que los demonios solo me quieren a mí. Sigo abrazándola y besándola, no quiero que olvide que su madre la quiere por encima de todo, por encima de todos.

Saioa Cid Barriga